Entre la maleza

Perpetua es la ceguera del necio que niega la presencia del errante pasajero. Como silenciosa es la mirada que gastamos en cielos invisibles. Momentos que se van, que se pierden sin poder dedicarles una nueva oportunidad, es ahora cuando intentamos dibujarlos en nuestra memoria pasajera.

Callemos los versos que sangraron mas allá de las heridas del olvido, los que sumergimos en tinta negra junto a pétalos de flores muertas. Dulce dolor que nos señala en cada paso, en cada nuevo golpe que retumba en nuestra piel. Pero rásgame esta soledad que cubre mi existencia y ayúdame a devolver el destino que me alejó de ti.

¿Dónde van? ¿Dónde mueren las miradas que nos dedicamos en este bosque de sauces grises?. Allí dormirán los recuerdos de amaneceres pasados, en la tierra que nos besa los pies, que nos protege del vacio, que llora nuestra pérdida. Seremos esclavos de una libertad ficticia, de una noche sin estrellas, de un vacío sin fin.

Dedícaré una madrugada más para coser estas cicatrices con hilo de plata y ceniza. Asimilaré la oscuridad y llevaré estos silencios perpetuos grabados en la piedra que un dia fué nuestro corazon. Pero nunca te olvides de buscarme en la maleza, entre las hierbas verdes de bosques infinitos, alli duermo con la esperanza de volver a besar tu piel.