Fuego en la oscuridad
Una noche mas mis pasos silenciosos me llevan hasta ti, hasta el rincón de los sueños lujuriosos. Te encuentro desnuda mas allá de la piel, mas allá de los sentimientos. Dime que esta noche volveremos a volar al cielo de tus caricias benditas, llévame atado a ti, sumido al juego de tus labios, al baile de tu cuerpo de mujer.
Tu espalda es el lugar donde van a paran mis lágrimas, donde todo se olvida una noche más. Mis labios rezan en ella, mientras la lluvia muere en el viejo cristal de la habitación. Quiero sentir tu respiración en mi cuello, quiero notar tus manos aferrarse a mi pecho y anhelo susurrarte al oído mi plan para que paremos el tiempo durante unas horas más. Somos tu y yo, lo demás nos es igual. No importa si afuera todo arde en fuegos de rutina, si el cielo se cae a nuestros pies o si el infierno nos invita a viajar en soledad toda una eternidad.
Recorro tu cuerpo mientras la tormenta nos amenaza en la oscuridad de tu oasis de placer. Acaricio tus cabellos y me pierdo en ellos, apreciando tu perfume de madrugada, y aprendo a entrelazar mis dedos con los tuyos mientras te hago sonreír. Guías mis manos hasta donde la luz no llega a ver y jugamos entre respiraciones entrecortadas. Me describes la madrugada con tus labios en mi piel y alejas de mi cenizas de soledad. Muero en silencios ahogados para renacer en cada caricia, en cada roce, en cada gemido que me das...
Todo arde ya...tu piel, mis sueños, tal vez la tempestad. Y es el lienzo de las sábanas quien suspira tu nombre mientras nos amamos rodeados en la mas absoluta penumbra. Así matamos la noche unidos el uno al otro esperando resucitar en cada nuevo amanecer, con la mirada puesta en los labios desgastados del otro, sabiendo que lo volvimos a hacer, que volvimos a prender fuego a la oscuridad.