jueves, abril 22, 2010

Amaneceres encadenados

Se apagan las calles mientras aun intento prender luceros de agonía, a pesar del silencio vivo rodeado de una sonata de mentiras.Veo los días nacer y morir mientras lucho por zafarme de estas cadenas de exclavitud incluso cuando el acero es más duro de lo que creía.

Me ahogo en cada bocanada y aun rodeado de agua tengo sed, sed de una libertad distinta a la de los demás, quiero ver el atardecer antes de que se me olvide que sigue allí. Pero mi vida pasa distante ante mis ojos, cegándome con esta falsa realidad.

Porque no sirve de nada entregarse a la medianoche si no es para soñar, no quiero sueños de cristal, quiero solo despertar para verte aquí, junto a mi, alejado de esta prisión de marfil que se alimenta de mi latir.

Comprendí que entre las espinas de la flor no hay sangre que merezca el pétalo de una sonrisa, porque la vida sino es tuya no es vida, es solo melancolía.

Y es que amigo mío, tras soñar nunca debí olvidarme del amanecer.