Regalo de madrugada
Eran ya las doce de la noche y el reloj marcaba la misma fecha del día que vino al mundo. Rodeado de amigos y degustando los aromas de una noche más de verano fué cuando apareció ella rodeada de sus amigas de cabellos dorados.
El destino o tal vez la coincidencía hizo que su amigo entablase conversación con una de ellas, una conversación agradable que dió paso a las presentaciones de rigor. Sin embargo él ya no podía alejar su mirada de aquellos ojos claros.
La noche agotaba las estrellas mientras la complicidad de ellos se hacía visible en cada gesto, en cada sonrisa, en cada mirada. El reloj avanzaba mientras los otros acompañantes seguían conversando con aquel reducido grupo de mujeres. Las horas pasaban y el frío comenzó a hacer acto de presencia a pesar que el verano dictaba las temperaturas durante las horas de Sol.
El joven estaba feliz, el brillo de sus ojos era fiel reflejo de la emoción del momento. Aquello parecía un cuento de hadas, y más el día de su cumpleaños. Sin embargo aquel cuento duraría solo una noche, una Luna pasajera, ya que ella a la mañana siguiente partiría fuera del país, tal vez parasiempre.
El lo supo y por ello quiso agotar cada segundo a su lado durante aquella madrugada encendida, no solo por las luces de las calles, sino por el brillo de sus ojos. Por ello posiblemente aqeul cumpleaños fué especial, porque en sus labios tuvo el mejor de los regalos, su regalo de madrugada.
(Basado en una historia real)
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