Reflejos de una vida

Esta es la historia de dos corazones, que el tiempo unió enlazando rosas y espinas, y que a pesar de los años siguen latiendo cada noche. Sus arrugas dibujadas no son mas que versos de una vida grabados en su piel, una vida que vivieron entre cenizas y jardines, con sus alegrías y sus penas. Y aunque las piernas no responden igual, ni su voz es tan firme como hará años, sus ojos brillan igual que aquella primera vez.

Y aunque les rodee el invierno mas cruel ellos disfrutan de su primavera mas hermosa, llena de flores y esencias. Desde mi ventana les veo pasear, agarrados del brazo, apurando los años de una vida que les dio la oportunidad de mirarse a los ojos, y sonríen, se tienen el uno al otro, son felices, lo demás no importa. Incluso a pesar que el mundo gire un poco mas rápido cada día ellos lo paran cada noche y bailan rodeados de esas fotos en blanco y negro en las que eran los protagonistas de las mas hermosa historia de amor. Una historia en la que cada día escriben un nuevo capítulo con la tinta de sus caricias y sus besos a escondidas.

Y a pesar de los años ellos siguen siendo jóvenes, siguen dibujando sueños, y gastan así cada día abrazados el uno al otro, sin mas compañía que la de sus recuerdos. Debo confesar que al cruzarmelos siento la necesidad de mirarles a los ojos anhelando poder descubrir los reflejos de una vida, en la que ellos dos son y serán los protagonistas de su amor eterno.

(Gracias a Matías y Esperanza, auténticos protagonistas de esta historia)