miércoles, diciembre 12, 2007

Junto al mar


Lejano quedaba el mar cuando mis ojos solo tenían luz para los tuyos. Allí, perdidos entre un baile de vendavales nos hayábamos, tu sonrisa, las olas y yo. Caminamos por las calles que un día me unieron al mar, un poco más incluso que las gotas de lluvia que morirían en nuestro pelo. Lluvia que perfilaba tu silueta de sirena, cercana a ese mar que encrespado, retaba a las rocas mas allá de la costa.

Tu mano unida a la mía y el puerto que quiso recibirnos con veleros emocionados sobre aguas bravas, y tu sonrisa, allí seguía. Dulce mirada la que mi alma encuentra en tus ojos de vida, en tu piel de luna llena, en tus labios de madrugadas dulces.

Caminábamos, susurrábamos, soñábamos el uno al otro entre las frías piedras de las paredes del casco antiguo. Y tu sonrisa, allí seguía. En cada paso que dabas marcabas mi vida en aquel preciso lugar, en cada rincón que antes sin tí, era solo vacío, leve tránsito entre las estaciones de la soledad y la melancolía.

El frío quiso arroparnos con su manto de gelida piel, pero fuimos mas rápidos y escápamos a otro lugar, a otro pequeño rincón cálido como lo son tus besos, dulce como lo son tus labios. Pero no sin antes volver a mirar al mar.

Y tu sonrisa, allí seguía.