Esperando a la tormenta
Aferrados a las cadenas de este oscuro letargo, ocultos entre las sombras y empapados de amaneceres, así tememos al cielo, esperando a la tormenta.
Contamos cada gota de lluvia que muere en la fría tierra y respiramos con dificultad un aire viciado por demasiado odio y dolor. Clavamos nuestras rodillas en un cementerio de flores y levantamos la mirada sin esperanza, contando los días para ser libres, para volar entre relámpagos de libertad.
La tormenta se avecina, a lo lejos se escucha el sufrimiento de un anochecer sin Luna, la esperanza reside en el silencio, en cada latido. Pero la tormenta ya llega, solo nos quedará mirarnos a los ojos y rezar.
Ya llega el final, la lluvia nos lo susurra al oido, pero hasta que eso ocurra seguiremos juntos y en soledad eternos, esperando a la tormenta.