Medianoche en vela
Es tarde ya, pero el calor de esta noche hace que los sueños aguarden aun en la azotea de la madrugada, esperando a colarse por la estrecha y celosa rendija de mi ventana.
Me incorporo en mi cama y pienso en ti, pienso si estarás dormida o si tu tambien ves brillar la misma Luna que yo en esta noche sin estrellas pintadas. Y en silencio me descubro a mi mismo, pienso en lo que soy, en lo que somos, lo que hemos logrado juntos y lo que hemos luchado en contra de muchas cosas.
Estas mismas paredes desnudas fueron testigo de mi vida pasada, y ahora se visten con fotos tuyas, de los dos...y de los tres, por supuesto. Siento que ya no sabría vivir esta vida sin ti, tal vez porque en todo este tiempo fuiste las alas que me ayudaron a surcar oceanos de soledad y de un oscuro letargo.
Afuera el camión de la basura amenaza al silencio pero yo sigo en la medianoche de mi habitación pensando en ti y en esas pequeñas cosas que cada día cubren de un brillante barniz este viejo corazón de hojalata.
No se si creer en el destino, pero al echar la vista atrás pienso que si algo nos unió aquella noche de verano no fue tan importante como el poder disfrutar de cada día de mi vida junto a ti... y si fué el destino le doy las gracias por tan anhelado regalo.
Pasará el tiempo, las personas, los lugares, las historias, los problemas pero lo que jamás pasará será el amor que siente este loco soñador por tenerte junto a mi, por verte sonreir y saber que ya no hay oscuridad teniendote a mi lado.
Dulces sueños mi vida.